domingo, 29 de diciembre de 2013

Trovadores, juglares y payadores.

De trovadores y juglares ya sabemos algo. Pero de los payadores solo tenemos referencias folklóricas en algún tema sudamericano. Sirva esta pequeña reseña de homenaje a estos poetas del pueblo, capaces de crear belleza uniendo palabras y música.

Payada en una pulpería. Cuadro de Carlos Morel (1813 -1894)

La payada, en Argentina, Uruguay, sur de Brasil, y parte de Paraguay , o paya en Chile, es un arte poético musical perteneciente a la cultura hispánica, que adquirió un gran desarrollo en el Cono Sur de América, en el que una persona, el payador, improvisa un recitado en rima y acompañado de una guitarra. Cuando la payada es a dúo se denomina contrapunto y toma la forma de un duelo cantado, en el que cada payador debe contestar payando las preguntas de su contrincante, para luego pasar a preguntar del mismo modo. Estas payadas a dúo suelen durar horas, a veces días, y terminan cuando uno de los cantores no responde inmediatamente a la pregunta de su contendiente.
Es un arte emparentado con el versolarismo vasco, el trovo alpujarreño y el repentismo cubano. Este tipo de "discusión dialéctica" responde a un patrón que ha estado presente en un gran número de culturas, y forma parte de la tradición asiática, de las culturas griega y romana y de la historia del Mediterráneo musulmán.

Algunas referencias a los payadores y a las pulperías las encontramos en cuadros como el anterior y en canciones como este valsecito criollo compuesto en 1929 por Enrique Maciel, con letra de Héctor Pedro Blomberg, y que aquí interpreta Chacho Santa Cruz.



  Era rubia y sus ojos celestes
reflejaban la gloria del día
y cantaba como una calandria
la pulpera de Santa Lucía.

Era flor de la vieja parroquia.
¿Quién fue el gaucho que no la quería?
Los soldados de cuatro cuarteles
suspiraban en la pulpería.

Le cantó el payador mazorquero
con un dulce gemir de vihuelas
en la reja que olía a jazmines,
en el patio que olía a diamelas.

"Con el alma te quiero, pulpera,
y algún día tendrás que ser mía,
mientras llenan las noches del barrio
las guitarras de Santa Lucía".
La llevó un payador de Lavalle
cuando el año cuarenta moría;
ya no alumbran sus ojos celestes
la parroquia de Santa Lucía.

No volvieron los trompas de Rosas
a cantarle vidalas y cielos.
En la reja de la pulpería
los jazmines lloraban de celos.

Y volvió el payador mazorquero
a cantar en el patio vacío
la doliente y postrer serenata
que llevábase el viento del río:

¿Dónde estás con tus ojos celestes,
oh pulpera que no fuiste mía?"
¡Cómo lloran por ti las guitarras,
las guitarras de Santa Lucía!

jueves, 5 de diciembre de 2013

Navidad no es tiempo de ...

He estado recorriendo la telaraña, buscando que significado le da la gente a la Navidad, y he encontrado adjetivos de todos los tipos: que si Navidad es tiempo de esperanza, que si es tiempo de felicidad, que si de solidaridad, y no sé cuántos más.
Pues no.
No estoy de acuerdo en que por ser el cumpleaños de, al fin y al cabo, un judío, tengamos que ponernos a ser buenos, solidarios, y no sé cuántas cositas más, todas buenas, y el resto del año ser unos auténticos CABRONCETES   fariseos. Seamos buenos, solidarios y no sé cuántas cosas más durante todo el año, y dejemos de ser hipócritas por Navidad.

A pesar de todo, os deseo a todos, sobre todo a mis amigos, mis pocos amigos por los que me dejaría la piel en la peor alambrada, Feliz Navidad.


martes, 3 de diciembre de 2013

Reinventando el sistema educativo

 
 
Esta imagen se publicó en 1880, en la revista El Loro (periódico ilustrado joco-serio,  nº 32). Se pretendía criticar el abandono de la escuela pública y la preocupación del pueblo de tener PAN Y TOROS, en clara alusión a la aspiración de la sociedad decadente romana que solo se preocupaba de tener pan y espectáculos
 
133 años mas tarde, un ministro con nombre de teclado publica una ley que pretende mejorar el sistema educativo a base de eliminar recursos. Se creerá muy listo, pero no está aportando nada que no estuviera ya inventado. Y hay quien cree que es original y positivo. Todos sabemos que un pueblo ignorante y entretenido es manejable y lo puede gobernar cualquier idiota.
 
cojonudo.